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19 June 2024

Malawi - El ciclón Freddy pone a prueba la gestión del riesgo de desastres

El ciclón tropical Freddy se formó en el océano Índico el 5 de febrero de 2023 y mantuvo condiciones ciclónicas hasta que se disipó en Malawi el 14 de marzo, convirtiéndose en uno de los ciclones más duraderos jamás registrados en todo el mundo. También fue excepcional en cuanto a intensidad, convirtiéndose en la tercera tormenta más mortífera registrada en el hemisferio sur. Freddy provocó 1,4 millones de desplazamientos internos en seis países y territorios del sureste de África, el doble que el ciclón Idai en 2019. En Malawi se registraron más de 659.000, la cifra más alta desde 2009, cuando se dispuso de datos sobre desplazamientos por desastres en el país por primera vez.

El Departamento de Cambio Climático y Servicios Meteorológicos de Malawi activó sus protocolos de alerta temprana una semana antes de la llegada de la tormenta, difundiendo información a las comunidades en riesgo y animándolas a buscar seguridad en otros lugares, trasladarse a terrenos más elevados y evitar las cuencas fluviales. Estas medidas permitieron a algunas comunidades utilizar el desplazamiento como estrategia para salvar vidas, pero el impacto del ciclón superó la capacidad de reacción de muchos que perdieron sus hogares y medios de subsistencia.

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Se registraron desplazamientos en la región meridional, sobre todo en los distritos de Nsanje, Mulanje, Phalombe, Chikwawa, Zomba y Blantyre. La mayoría se produjeron en los dos primeros distritos, que aún se estaban recuperando de los impactos de la tormenta tropical Ana y del ciclón Gombe en 2022. Las carreteras, los puentes y el suministro eléctrico de estas zonas predominantemente rurales sufrieron grandes daños, lo que dificultó la entrega de alimentos y otros tipos de ayuda a las comunidades remotas, algunas de las cuales tuvieron que ser asistidas por helicóptero. Los daños y pérdidas en las cosechas fueron menores de lo esperado, pero el ciclón contribuyó a agravar la inseguridad alimentaria.

En Blantyre se registraron menos desplazamientos, pero el lodo y los deslizamientos de tierra causaron un mayor número de muertos. Tras semanas de lluvias torrenciales, Freddy provocó fallos estructurales en el suelo y en los frágiles edificios ubicados en las laderas de la zona urbana de la ciudad de Blantyre, causando una importante destrucción de viviendas e impidiendo el regreso de los desplazados. La deforestación y la construcción de asentamientos informales en las laderas aumentaron el riesgo deslizamientos, algo que no se contemplaba en la anterior estrategia de gestión del riesgo de desastres de Malawi, más centrada en la prevención y la reducción de riesgos de inundaciones.

Como cientos de miles de viviendas resultaron dañadas o destruidas, las autoridades establecieron campamentos de emergencia. La mayoría se desmantelaron a mediados de octubre, pero se calcula que 26.000 personas seguían desplazadas a finales de año. El gobierno, en colaboración con organizaciones internacionales, apoyó el retorno o el reasentamiento de los desplazados internos, proporcionándoles ayuda en efectivo y artículos no alimentarios.

Los efectos de Freddy fueron en muchos sentidos excepcionales, pero los desastres de origen meteorológico han afectado a Malawi con regularidad en los últimos años. Esto ha llevado al gobierno a redoblar sus esfuerzos para aumentar la resiliencia y reducir el riesgo de desplazamiento por desastres. En cuanto al marco jurídico y político, un mes después del paso de Freddy se aprobó la Ley de Gestión del Riesgo de Desastres, que hace más énfasis en la alerta temprana, la prevención y la reducción del riesgo, así como en la respuesta y la recuperación.

También actualiza sus planes del sistema de gestión del riesgo de desastres, asignando funciones y responsabilidades para realizar una evaluación de riesgos de amenazas múltiples con el fin de prevenir la reconstrucción en las zonas más frecuentemente afectadas por desastres y, en caso necesario, reubicar a la población en zonas más seguras. La ley también detalla el proceso de evacuaciones preventivas, incluida la referencia a una duración máxima para los albergues de emergencia. Esto debería permitir un mejor seguimiento de la duración de los desplazamientos.

Estas iniciativas son oportunas dado que se prevé un aumento de la frecuencia e intensidad de los ciclones en la región. La colaboración regional mediante el intercambio de datos y el apoyo técnico también podría mejorar aún más la gestión del riesgo de desastres y las respuestas al desplazamiento.

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