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19 June 2024
Siria - Los desastres agravan los problemas de los desplazados internos y provocan el primer aumento del desplazamiento en cuatro años
Siria sigue experimentando una de las situaciones de desplazamiento interno de mayor escala y más prolongadas a nivel mundial, con 7,2 millones de desplazados internos a finales de 2023, lo que supone un aumento del 6% respecto a 2022. El número de desplazamientos internos durante el año también aumentó por primera vez desde 2019, especialmente en las gobernaciones noroccidentales de Alepo e Idlib, que ya acogían al 52% de los desplazados internos del país.
Ambas gobernaciones fueron escenario de conflictos y desastres en 2023, que desencadenaron desplazamientos nuevos y repetidos, prolongando las necesidades humanitarias. En febrero se produjeron una serie de terremotos de gran magnitud, con epicentro en la vecina Turquía, que ilustran cómo los conflictos y los desastres se combinan para amplificar el riesgo de desplazamiento. Estos sucesos aumentaron la vulnerabilidad de millones de sirios.
La situación humanitaria en el noroeste era grave incluso antes de los terremotos. Siguiendo la tendencia de años anteriores, a principios de febrero las inundaciones y las tormentas invernales destruyeron albergues en los campamentos de desplazados, provocando 9.300 movimientos. La estructura de muchos edificios, incluidas las instalaciones sanitarias y educativas, ya estaba debilitada tras 12 años de conflicto. Cuando se produjeron los terremotos, quedaron gravemente dañados o destruidos, lo que dificultó aún más la prestación de servicios básicos a los afectados.
Los terremotos provocaron unos 678.000 desplazamientos internos, la mayor cifra de desplazamiento por desastres en Siria desde que se dispone de datos en el país en 2014. La gran mayoría de los desplazados ya habían huido del conflicto en las gobernaciones de Alepo, Idlib y Lattakia y vivían en condiciones muy vulnerables en asentamientos improvisados. Los terremotos también contribuyeron a la ruptura de una presa en el distrito de Harim, en Idlib, que obligó a evacuar a unas 9.500 personas.
La separación familiar durante el desplazamiento y la pérdida de parientes ha dejado a algunos niños como cabeza de familia, lo que aumenta su riesgo de trabajo infantil y matrimonio precoz. Las condiciones invernales, incluidas tormentas de nieve e inundaciones, persistieron tras la catástrofe, provocando casi 6,300 nuevos desplazamientos en marzo, particularmente en campamentos en los cuales las personas desplazadas se encontraban en condiciones de hacinamiento.
Las dificultades de acceso a la ayuda humanitaria obstaculizaron el suministro de ayuda, lo que añadió complejidad a la situación. En la primera semana de la respuesta sólo estuvo abierto un paso fronterizo desde Turquía, hasta que las negociaciones aseguraron dos pasos más el 13 de febrero, lo que permitió a las organizaciones humanitarias asistir a más personas necesitadas. Sin embargo, el aeropuerto internacional de Alepo cerró el 7 de marzo como consecuencia de ataques aéreos, lo que obligó a las organizaciones humanitarias a suspender sus vuelos y hacer llegar la ayuda a través de Damasco o Latakia.
Los combates entre fuerzas gubernamentales y grupos armados no estatales se intensificaron a principios de octubre, y en ocasiones los campos de desplazados fueron blanco de los ataques. La violencia provocó más de 79.000 desplazamientos en cuestión de semanas, sobre todo en el noreste de Alepo y el sur de Idlib. Muchas personas pudieron regresar a principios de diciembre, pero la inseguridad persistió y dificultó el retorno de algunas.
Los impactos combinados de desastres y conflictos aumentaron en 2023. La falta de ayuda al desarrollo ha limitado los esfuerzos de reconstrucción y reducción del riesgo de desastres, dejando a la población expuesta a futuros desastres. Además de restringir la capacidad de los desplazados internos para hacer frente a las crisis recurrentes a las que se enfrentan, la escasez de financiación también limita la recopilación exhaustiva de datos, lo que hace que las cifras de desplazamiento sean conservadoras y nos impide comprender el verdadero alcance y la magnitud de la situación.
La resolución de conflictos y la reducción del riesgo de desastres siguen siendo perspectivas lejanas para Siria, pero será necesario mejorar la recopilación de datos para dar respuestas más eficaces a las crisis y ayudar a garantizar que la asistencia y el apoyo se dirijan a quienes más lo necesitan. Aumentar el acceso humanitario y, con ello, la recopilación de datos más armonizados, oportunos y desglosados, también será esencial para obtener una imagen más completa del desplazamiento interno en Siria.